¿Por qué necesitamos tenerlo todo controlado?

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Hay personas para las que es una necesidad tenerlo todo controlado, no equivocarse nunca y no tener que exponerse a la incertidumbre, pero es cierto que controlarlo todo es una fantasía, por lo que es importante poder desarrollar otras formas de funcionar más adaptativas.

La vida y el día a día es un cambio constante, así que, el poder adaptarse a esto es una necesidad importante.

Romper esta forma de actuar, significa poder romper el miedo y la inseguridad que la acompañan.

Vamos a ver cómo es la estructura de carácter de las personas para las que, tenerlo todo controlado, es una necesidad.

Normalmente, cuando hablamos de personas con necesidad de control, ante cualquier cuestionario de personalidad, es casi seguro que van a puntuar alto en rasgos obsesivo compulsivo.

En absoluto quiere decir que tengan un TOC, pero sí esa obsesión por llevar a cabo todo tipo de acciones que les permita sentir que tienen el control de sus vidas.

Son personas que han desarrollado, a lo largo de su historia de vida, cierta inseguridad en su contexto y en relación a sus figuras de apego y de ahí, esa necesidad de control para sentirse seguros.

En relación con lo anterior, efectivamente, les cuesta improvisar. Si les sacamos de su zona de control o confort, se sienten inseguros e incómodos, por lo que prefieren la planificación y organización extrema y todas las consecuencias que esto conlleva, en pro de esa sensación de control que necesitan para desenvolverse en su día a día.

Por este motivo, para estas personas la organización y planificación del día a día y de la vida en general, es algo imprescindible.

Al ser personas tan planificadas y organizadas, con un nivel de exigencia y perfeccionismo muy alto, no conciben el error como algo normal e incluso sano para el aprendizaje del ser humano.

En su diálogo sí lo expresan como algo comprensible que puede ocurrir, pero es cierto que, cuando alguien comete un error, o incluso ellos mismos, experimentan sensaciones muy desagradables y un miedo implícito a las consecuencias de ese error.

Esto ya viene aprendido de su historia de vida, donde, desde pequeños, el error no ha sido aceptado como parte fundamental y de crecimiento en la vida. A ellos no se les ha permitido errar.

Triángulo dramático y cómo salir de él. Si leemos esta publicación, veremos que esta estructura de carácter se relaciona, a la vez, con salvador y perseguidor, dependiendo del momento. Por un lado, necesitan solucionar todo lo que creen que está mal. Por otro, persiguen encontrar el error ya que, para ellos, no es admisible.

Son personas que han desarrollado creencias y valores muy rígidos. Creencias y Flexibilidad. Necesitan anclarse en ellas para sentirse seguros. No son personas especialmente flexibles. ¿Eres Flexible?

Además, se llaman a ellos mismas «cabezotas», ya que, cambiar de opinión, para ellos, es prácticamente imposible. A través de esto, de nuevo, buscan el sentirse seguros mediante lo que ya saben y conocen. Algo nuevo les sacaría de su zona de confort y no se sentirían cómodos.

En muchas ocasiones, infravaloran las formas de actuar y/o pensar del otro, ya que, en su historia de vida, han hecho lo mismo con ellos, enseñándoles que no lo hacían bien en diferentes momentos.

Por eso y a través de esta actitud, ellos se sienten valorados cuando detectan un error en los demás, porque, lo que les llega de forma inconsciente, es que hacen las cosas mejor que los otros, buscando, por otro lado, esa confirmación y valoración que no han tenido en su infancia.

Al final, este aprendizaje y esta forma de entender y gestionar la vida es muy costosa y trae, antes o después, problemas serios a quien lo practica.

Es importante trabajar con estas personas el poder aprender a funcionar a través de la confianza, en lugar de desde el control.

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