¿Por qué es tan importante la meditación?

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Nos pasamos el día pensando en una u otra cosa. Dándole vueltas a la cabeza, sin parar, consciente o inconscientemente.

Algunas personas, incluso, pasan gran parte del día rumiando pensamientos de forma obsesiva, sin ser capaces de pararlo.

Al final, de una forma u otra, estamos constantemente con la mente activa, pensando, ejecutando, poniendo texto a lo que nos ocurre e intentando entender todo lo que nos rodea.

Sin embargo, es fundamental conseguir que la mente «pare», en la medida de lo posible, y conectar más con esa parte corporal y emocional que tan olvidada tenemos.

Una de las mejores formas para conseguir esto es la meditación.

Esta práctica milenaria con origen en la civilización oriental, cada vez tiene más adeptos ya que, aun que no está exenta de dificultad, cuenta con innumerables beneficios.

Si alguien te dice que pares tu mente, que dejes de pensar, lo creerías posible?. Efectivamente y como decimos más arriba, es algo complicado, pero el simple hecho de ponerse a ello e intentarlo, ya es altamente beneficioso.

Al final, la práctica de la meditación no sólo intenta conseguir que nuestra mente se calme, si no también, aprender a conectar con nuestros cuerpo, con las tensiones o molestias que podamos sentir y dónde se están sintiendo, con nuestras emociones, Función de las Emociones, aprendiendo a identificar cuáles son y de dónde vienen y, por supuesto, a aceptar todo lo que está ahí, en nuestro cuerpo y nuestra mente, sin juicio.

Esto se traduce en intentar conseguir que todo lo que percibamos en nuestro cuerpo y todo lo que nos venga a nuestra mente, seamos capaces de entender que forma parte de nosotros mismos y que no se puede rechazar, si no aceptar.

Por otro lado, saber que lo importante de identificar todo esto, no es entenderlo, si no sentirlo y dejar que forme parte de nosotros, sin resistencias.

Es la única forma posible de gestionar todo aquéllo que se percibe y se siente. El integrarlo en uno mismo, desde la aceptación y la compasión.

No sirve de nada preguntarse, por ejemplo, por qué me siento así. Al final, lo único útil es aceptar que me siento así, saber que ahora mismo ese sentimiento forma parte de mi, que estoy en proceso y que debo dejarle estar ahí el tiempo necesario para aprender a gestionarlo.

Esta práctica, como todo proceso, requiere de tiempo y constancia.

Meditar es algo que se aprende muy poco a poco, con mucha paciencia y sin exigencias. Sabiendo y entendiendo que quizá un día tu momento de meditación ha sido muy beneficioso y al siguiente, no has conseguido estar más de 10 segundos sin expulsar pensamientos de tu cabeza.

Además, es fundamental, como ya comentamos más arriba saber que, cuando mi mente se va con pensamientos o ruidos externos, tenemos que ser compasivos con nosotros mismos y no juzgarnos creyendo que lo estamos haciendo mal, ya que esto forma parte del entrenamiento en sí.

Los beneficios de esta práctica son muchísimos:

  1. Fomenta la concentración y la atención.
  2. Reduce el estrés y la ansiedad. ¿Ansiedad o Estrés?
  3. Mejora el estado de ánimo.
  4. Activa zonas del cerebro que están asociadas con la Empatía, la compasión y el amor.
  5. Ayuda a descansar la mente.
  6. Favorece la relajación de las tensiones corporales.
  7. Favorece la gestión emocional. Emociones
  8. Mejora y facilita el sueño.
  9. Mejora la memoria.
  10. Mejora la salud en general.

Así que, si te animas a comenzar con esta maravillosa práctica, aquí te dejo tres libros que a mi, personalmente, me han parecido sencillos e interesantes:

«Biografía del silencio», de Pablo D´Ors.

«Meditación paso a paso», del Dalai Lama.

«El gran libro de la meditación», de Ramiro Calle.

 

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¿Se puede perdonar una infidelidad?

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Este es un asunto complejo y delicado de tratar, por el gran sufrimiento que produce dentro de la pareja. De hecho, muchas de las terapias de pareja giran en torno a este tema, pero para saber si se puede perdonar una infidelidad, hay que tener en cuenta muchos factores.

Lo primero, e independientemente de si se podrá perdonar o no en el futuro, es saber si ambos miembros de la pareja están dispuestos a seguir con la relación y a luchar por ella. Si no, no tiene mucho sentido pasar por ese proceso.

Hay teorías que explican el hecho de que, para perdonar una infidelidad o engaño, es necesario que pasen, al menos, 8 meses desde el momento que se causa el daño emocional, para que nuestro cerebro pueda procesar, realmente, ese perdón.

Al principio es complicado poder valorar esta cuestión ya que el miembro que ha sido engañado se siete demasiado dolido, enfadado, etc, como para poder tomar una decisión y, el otro, en ocasiones, confundido por la situación o incluso por los sentimientos que puedan haberse dado en relación a la otra persona, segunda cuestión importante a tener en cuenta ya que, el proceso terapéutico cambiará mucho dependiendo de las emociones que haya implicadas hacia ese tercero.

El grado de infidelidad es muy importante y este tiene que ver con el grado de traición percibida. A veces no es necesario que exista contacto físico, si no insinuaciones o contacto telefónico con otra persona. Ese grado de traición percibida dependerá de los valores y creencias de la persona engañada, así como de los límites establecidos en la pareja, que se hayan rebasado.

El daño que se ha haya producido a la persona engañada es muy importante. Es decir, si ésta siente que su Autoestima está dañada, las dudas e inseguridades que le surjan, el sufrimiento que esté experimentando, etc.

En todos estos aspectos, es fundamental el papel de aquel que ha engañado o ha sido infiel, es decir, si es capaz de valorar el esfuerzo del otro, de comprender su sufrimiento y de estar ahí antes sus dudas, miedos y desconfianza, en definitiva, practicar mucha Empatía.

Además, debemos tener en cuenta que una infidelidad o engaño produce diversas consecuencias en la pareja:

  1. La imagen de la pareja cambia. La persona engañada empieza a ver al otro de una forma que, hasta ese momento, no era así. Comienza a plantearse que la persona a la que quiere es capaz de engañarle y, de alguna forma, se distorsiona la imagen y el concepto que tenía de el/ella.
  2. Necesidad de comprobaciones constantes, como mirar el móvil, redes sociales, etc. La persona engañada se siente muy insegura y necesita confirmaciones constantes de que aquéllo que le ha dañado no ha vuelto a ocurrir.
  3. Problemas de comunicación, ya que cada miembro de la pareja va a enfocar la situación de una forma distinta. Uno desde el posible «arrepentimiento» y otro desde el dolor, la exigencia y la necesidad de seguridad.
  4. Desconfianza. Tema muy delicado puesto que, el hecho de ser engañado, conlleva a la pérdida de confianza de la pareja. Recuperar esta confianza lleva tiempo, paciencia, trabajo y cariño ya que, en principio, no existe técnica terapéutica específica para recuperarla.
  5. Pensamientos e imágenes intrusivas. Es muy normal que la persona engañada piense e imagine cosas en torno al engaño, que hacen más complicado el olvido del suceso.

John Gottman, nos dice que hay diversos factores por los que una pareja puede verse dañada:

  1. El desprecio
  2. Las críticas
  3. Estar a la defensiva
  4. La indiferencia

A los que él llama Los cuatro jinetes del apocalipsis.

“Para que una relación sea estable es preciso que los dos componentes de la pareja estén dispuestos a mostrarse mutuo apoyo tanto al surgir acontecimientos traumáticos que provocan un vuelco en nuestras vidas como en las pequeñas situaciones de estrés de la vida diaria».-John Gottman-

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La terapia de pareja es muy efectiva en los casos de infidelidad o engaño, siempre que se tengan en cuenta todos estos factores y, como decíamos al principio, la pareja esté convencida de querer luchar por la relación y por volver a restaurar la confianza existente antes del engaño.

John Gottman, afirma que hay varios factores que ayudan a que una relación se mantenga fuerte ante las adversidades.

Si estas existen y/o se trabajan, es más sencillo poder restablecer la relación tras un engaño:

  1. La confianza mutua.
  2. La intimidad.
  3. La admiración.
  4. El cariño y la habilidad para demostrarlo.
  5. La buena comunicación Comunicación Eficaz en Pareja.
  6. Habilidades para manejar emociones como la ira.
  7. Las competencias para resolver conflictos y llegar a acuerdos.

Trabajando estos aspectos y con la disposición de ambos miembros de la pareja, se puede restablecer la armonía y confianza en la misma y se puede perdonar una infidelidad.

Hay parejas que, incluso, tras este duro y doloroso proceso, salen muy reforzadas de la crisis, producen cambios importantes y positivos en la relación, tras la terapia de pareja.

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Para qué sirve la culpa

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La culpa, al igual que otras Emociones como la alegría, la tristeza, el asco, el miedo, etc, tiene un significado y también una función. Función de las Emociones

Si hablamos de significado, podríamos decir que la culpa es el estado afectivo o emocional que una persona experimenta cuando ha hecho algo que considera no debería haber realizado o, por el contrario, no ha llevado a cabo algún acto que cree que sí era necesario.

Aunque suena como un trabalenguas, parece que esto está más o menos claro y que es sencillo de comprender.

Pero qué ocurre si nos preguntamos para qué sirve la culpa o cuál sería su función.

Lo primero que hace la culpa es distorsionar nuestro pensamiento, volviéndolo rígido e injusto, como si de un juez se tratara.

Además, nos deja anclados en el juicio e inmóviles ante esa sensación de inutilidad que no permite avanzar ni aprender del posible error cometido. Por tanto, lejos de ser productiva, es un lastre que sólo nos permite quejarnos (¿Por qué nos quejamos?) y flagelarnos, pero no solventar nada sobre la situación y, mucho menos, sobre ese malestar tan incapacitante que genera en la persona.

En relación al punto anterior, al tener esa función tan rígida y juiciosa, no permite que nos preguntemos ¿qué puedo hacer?, ¿cómo podría arreglarlo?, ¿qué aprendo de esto? y un largo etc. Las preguntas que se realizan en torno a la culpa son ¿por qué he hecho algo así?, ¿cómo he sido capaz?, ¿qué tipo de persona soy si algo algo imperdonable? y, por supuesto, insultos como inútil, mala persona,…

Al final, esas preguntas, esos juicios y esos debería, hay que sustituirlos por responsabilidad, por un ¿qué puedo hacer ante esto?, porque la responsabilidad sí es activa y sí lleva a la resolución de problemas y Toma de decisiones, no a la queja y a la inmovilidad.

Además, la culpa provoca pensamientos muy limitantes que están asociados a la historia de vida de la persona, en relación a una educación con alta exigencia y perfeccionismo, que acaban creando valores, creencias y esquemas muy rígidas e inflexibles. ¿Eres Flexible?

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Algo peligroso de la culpa es que, al producir sensaciones tan negativas, la persona tiende a no querer enfrentarse a ellas y, como cualquier emoción que se evita afrontar, se convierte en un «monstruo» con el que resulta mucho más difícil luchar.

Por eso es fundamental no huir de esas sensaciones, todo lo contrario, tenemos que ver y analizar cuáles son y qué podemos hacer con ellas, precisamente para solventar, no para vivir rodeados de queja y de culpa sin poder hacer nada.

Muy importante no convertir tu diálogo interno en tu peor enemigo. En lugar de machacarte y hacerte daño, intenta ver qué puedes aprender de lo que te está pasando y por qué te pueden estar llegando esos pensamientos. Hazlo desde el aprendizaje, no desde el arrepentimiento.

Cuando hablamos de Duelo, la culpa es realmente peligrosa. Si nos quedamos anclados en el sentimiento de culpa en relación a la pérdida de ese ser querido (esto puede ocurrir cuando se asocia la pérdida con algún acto nuestro relacionado con la misma, por ejemplo, conducir un coche que tiene un accidente de tráfico y fallece alguna de las personas que van en el mismo), es muy probable que ese duelo, de no trabajarse con un profesional y ser bien elaborado, acabe convirtiéndose en un Duelo patológico.

Como puedes ver, las funciones que desempeña la culpa a nivel emocional son varias y delicadas, motivo por el que puede ser necesario e importante trabajarla a través de un Proceso Terapéutico si empezamos a hacernos conscientes del malestar que nos está generando.

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Triángulo dramático y cómo salir de él

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Nunca te has preguntado por qué hay relaciones de pareja que funcionan de forma natural y armónica y otras que parecen realmente complicadas, o por qué cualquier otro tipo de relación personal (amistad, laboral, etc), en un principio parece fluida y, más tarde se convierte en insoportable…

La explicación la vamos a encontrar en el triángulo dramático de Karpman. Este nos dice que hay muchas personas que adoptan un rol en las relaciones que las va a transformar en bastante complicadas.

Estos roles serían el de perseguidor, salvador o víctima y, todos ellos estarían empañados por una parte de manipulación, normalmente inconsciente.

Una gran parte de los conflictos en nuestras relaciones se debe al hecho de haber adoptado uno de estos roles, ya que ninguna de ellas es recomendable ni produce consecuencias positivas.

Vamos a ver en qué consiste cada uno de ellos:

  1. Perseguidor: persona que critica y juzga absolutamente todo lo que le rodea, siendo siempre la vida, los demás o el mundo los responsables de todo lo que le ocurre, quitándose así la responsabilidad propia. Persona inflexible ¿Eres Flexible? Creencias y Flexibilidad e intransigente que genera mucha rabia y frustración Función de las Emociones en el otro. Necesita que reconozcan su autoridad constantemente.
  2. Salvador: aquél que se preocupa en exceso por todo y todos en detrimento suyo, prestando ayuda incluso sin que se la pidan, asumiendo así un papel de responsabilidad y necesidad para los demás. Persona sacrificada y que evita los conflictos sin sentirse nunca reconocido por los demás.
  3. Víctima: el que se queja constantemente y requiere del otro para que le soluciones sus problemas. Indefenso y susceptible. Incapaz de salir sólo de las dificultades.

Una vez que has identificado cuál sería tu rol, la forma de salir del mismo sería la siguiente:

  1. El perseguidor tiene que asumir la responsabilidad de sus enfados y entender que no puede controlarlo todo, además de saber que tener siempre la razón es imposible y, sobre todo, que el término razón es algo subjetivo. Tendría que aprender a ser asertivo. Asertividad.
  2. El salvador tiene que aprender a decir NO, a poner límites y a hacerse cargo de su propia vida y no de la de los demás, para poder salir de la dependencia que genera el rol de salvador, nada positiva para ninguna de las dos personas que entran en juego en la relación. Tendría que aprender a ser empático. Empatía.
  3. La víctima necesita fomentar la seguridad y confianza en sí misma, trabajando la autoestima Autoestima y mejorando sus habilidades sociales ¿Qué son las Habilidades Sociales?, sin esperar que los demás le digan lo que debe hacer en cada situación. Necesita ayuda y compasión constantemente. Tendría que aprender a ser responsable.

Al final, todos vivimos alguna relación caracterizada por este tipos de conductas donde el otro con el que nos relacionamos está asumiendo, a su vez, otro tipo de rol al relacionarse con nosotros.

Si te sientes identificado, pero no sabes salir de ese «triángulo», puede serte de ayuda contactar con el profesional de la psicología que identifique en qué rol te estás moviendo, por qué y para qué te está sirviendo y cómo poder salir de él.

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Nueva Dirección

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A través de esta entrada queremos comunicaros el cambio de dirección del Gabinete de Psicología amayamarcospsicologa.

A partir de ahora podréis encontrarnos en la Calle Gran Vía número 40, 5ª planta, metro Callao, líneas 3 y 5 de metro de Madrid.

Os esperamos.

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Pacientes con alto nivel de resistencias

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El proceso de comenzar una terapia es largo y pasa por diferentes fases.

Antes de decidir ponernos delante de un psicólogo para tratar aquéllo que nos está generando malestar, el paciente valora diferentes cuestiones y, sobre todo, da mucho peso al hecho de sentirse preparado, algo fundamental para poder afrontar el proceso terapéutico.

No obstante, y aún cuando la persona ha decidido que es el momento de empezar esta nueva aventura, nos encontramos con pacientes que, teniendo claro que quieren aprender a entender y a afrontar lo que les está ocurriendo, no son capaces.

¿Qué estaría ocurriendo en estos casos?.

Aquí estaríamos hablando de pacientes con grandes resistencias al cambio.

¿Qué significa esto?: aquéllos pacientes que experimentan una gran angustia, miedo y bloqueo ante su propia evolución personal.

Son personas que están motivadas para el cambio, pero que, por su contexto, historia de vida y su personalidad son incapaces de avanzar.

 Ya lo decía Schopenhauer: «El cambio es la única cosa inmutable».

¿Qué factores son los que pueden estar contribuyendo a esa resistencia al cambio?:

  1. Costumbre y rutina que facilitan, a pesar de la consciencia del malestar, a seguir dentro de la zona de confort.
  2. Incertidumbre y miedo a lo desconocido.
  3. Miedo al fracaso, a no querer/poder asumir todas consecuencias que conlleva un cambio, debido a la poca confianza que el paciente tiene en sus propias habilidades y competencias.
  4. Disonancia con nuestras creencias, valores o esquemas mentales, asociados, muchas veces, a distorsiones cognitivas o ideas irracionales muy instauradas que dificultan el cambio de ese pensamiento y, por tanto, el cambio de la conducta.
  5. Falta de motivación.
  6. Atribución externa; pensar que los cambios se producirán por algún tipo de causa externa a nosotros, por circunstancias de la vida o colaboración de otras personas, sin la introspección necesaria de saber que el cambio viene motivado por un cambio única y exclusivamente personal.

¿Cómo se puede vencer esa resistencia al cambio?.

  1. Fijando metas y objetivos bien definidos, de forma clara, concisa y sencilla.
  2. Encontrando y analizando aquéllas razones que nos hagan entender que el cambio es necesario puesto que, hasta ahora, la línea de acción que se estaba siguiendo no nos estaba proporcionando buenos resultados.
  3. Analizar si, realmente no sabemos, no podemos o no queremos movilizarnos. Todas estas variables son fundamentales para el cambio, pero hay que prestarle mucha atención al no querer, puesto que, si no estamos convencidos de querer salir de nuestra zona de confort, será complicado que consigamos otros resultados.
  4. Hacer un ejercicio personal de autoconsciencia y conocimiento de sí mismo. En este punto, la terapia psicológica resulta muy efectiva y ayuda muchísimo a aquéllas personas que tienen dificultades a la hora de tomar decisiones y movilizarse ante los conflictos personales.
  5. Trabajar, también con la ayuda de un psicólogo, esas distorsiones cognitivas e ideas irracionales que se han instaurado a lo largo de nuestra historia de vida y que están imposibilitando que avancemos.
  6. Analizar qué hay detrás de esos miedos a las consecuencias y al fracaso.
  7. Trabajar la autoconfianza, seguridad y autoestima.
  8. Planificar y organizar el cambio haciéndose responsable de él y de las consecuencias positivas y negativas que pueda llevar asociadas.
  9. Dejar de lado el victimismo, el diálogo negativo y la queja que sólo nos posicionan en una perspectiva donde nos agotamos a nosotros mismos, al otro y, además, no nos permitan movermos de nuestra posición, ya que la queja y el victimismo sólo tienen una función de desahogo e inmovilización

Aunque ya lo hemos comentado en varios apartados, este es un trabajo personal importante que, la mayoría de las veces, requiere de la ayuda de un profesional de la psicología.

Cuando una persona está decidida a cambiar, pero no lo consigue y no sabe realmente por qué, el psicólogo juega un papel fundamental para descubrir con el paciente qué está pasando, por qué y para qué está funcionando de esa forma concreta.

Es un ejercicio terapéutico complejo, pero muy enriquecedor que ayudará al paciente en el presente y futuro personal.

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Feliz Año Nuevo

2019

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Desde el Gabinete de Psicología amayamarcospsicologa te deseamos un Feliz 2019, esperando que sea un año maravilloso y lleno de momentos inolvidables.

Ojalá que en este año que entra consigamos escuchar noticias más alentadoras que se basen en el amor, el respeto, la no violencia, compasión y civismo.

Y si consideras que hay algo que te está impidiendo lograr tu estabilidad personal y emocional, estaremos encantados de poder ayudarte a conseguirlo. (Terapia Psicológica)

Feliz año nuevo.

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Dependencia emocional en las relaciones de pareja

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Cuando hablamos de dependencia emocional nos estamos refiriendo a aquéllas personas que presentan un miedo destacado a la soledad, entendiendo que no podrán ser felices sin una persona a su lado.

Una necesidad extrema de tener pareja.

Una baja Autoestima. Siendo personas que no se quieren a si mismos, no se valoran e, incluso, tienen una imagen muy negativa de ellos mismos.

Una clara prioridad a la pareja dejando de lado sus necesidades e, incluso, sus opiniones.

Un miedo intenso a la ruptura, pensando que no conseguirán elaborar de forma óptima el duelo por la separación.

Una clara necesidad de agradar a los demás para sentirse querido y reconocido.

Una búsqueda constante de pareja tras la ruptura, asociado a esa incapacidad de ser felices sin una relación amorosa.

Idealización de la pareja, mediante la cual sólo consigue ver lo positivo de la misma y continuar, de forma constante, en la etapa del enamoramiento.

Normalmente, las relaciones de personas con una marcada dependencia emocional, suelen caracterizarte por idas y venidas, es decir, por constantes rupturas con la pareja, tras discusiones sonadas y posteriores reconciliaciones.

Además, estas personas suelen buscar parejas que puedan cubrir alguna carencia afectiva familiar, como la falta de vínculo o apego. (¿A qué nos referimos cuando hablamos de Apego?). Normalmente, suelen buscar la seguridad y protección que no han tenido, aunque no suelen conseguirlo debido a esas carencias que arrastran de su etapa infantil y su forma de concebir la relación, mediante la fusión con el otro. (¿Cómo influye el estilo de apego en tu relación de pareja?).

Cuando nos encontramos con un paciente que reúne estas condiciones, consideramos adecuado trabajar con él o ella estos aspectos:

  1. Reconocimiento de la dependencia emocional, ya que no es sencillo para la persona darse cuenta de la forma en la que se está relacionando con sus parejas.
  2. Desmontar los mitos del amor romántico. Estas personas suelen tener idealizada la relación de pareja, a través de libros, películas y distorsiones cognitivas muy arraigadas, que hacen que interpreten la relación de una forma muy absorvente y poco adaptativa.( Amor para toda la vida).
  3. Reconocimiento de la necesidad de cariño y de aprobación por parte del otro, debido a la baja autoestima que presentan.
  4. Reconocimiento de la necesidad de agradar a los demás para sentirse queridos.
  5. Mejora de la autoestima y de la valoración de una mismo.
  6. Fomento de su propia vida, de apoyos familiares y sociales y ocio personal.

Este artículo se ha publicado en http://www.mundopsicologos.com. Si quieres consultarlo a través de esa plataforma, puedes hacerlo a través de este link: https://www.mundopsicologos.com/articulos/dependencia-emocional-en-las-relaciones-de-pareja.

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Felices Fiestas

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Desde el Gabinete de Psicología amayamarcospsicologa, os deseamos que paséis unas felices fiestas al lado de vuestras familias y amigos.

Que sean unos días llenos de felicidad y de compartir, esperando que este espíritu se prolongue a lo largo de todo el año.

Si tenéis que desplazaros, por favor, sed prudentes por vosotros mismos y por aquéllos que también tienen que conducir para ver a sus seres queridos.

Esperando y deseando que el 2019 y todos los años que siguen, consigamos erradicar la violencia, en todos sus sentidos y que no haya más muertes indeseadas.

Felices Fiestas para todos y todas.

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Ir a terapia es de Valientes

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Valiente se define como la persona que tiene un carácter decidido y se enfrenta a las situaciones difíciles y peligrosas con valentía o valor.

Llevar a cabo un proceso terapéutico no es peligroso (salvo cuando nos encontramos con algún paciente con ideación suicida (Verdades y mitos sobre el suicidio) y sabemos que su vida corre peligro, pero esto es harina de otro costal y harto delicado), pero lo que sí requiere es un gran acto de valor.

Cuando mis pacientes me dicen que no pueden con sus problemas, que se sienten inseguros, que no son capaces de afrontar sus miedos, (¿A qué tienes miedo?), etc, yo siempre les contesto lo mismo: » a terapia sólo vienen los valientes, aquéllos que son capaces de enfrentarse a lo que les duele y tener el valor de contarlo y trabajarlo delante de un psicólogo».

Y es así realmente, porque todos tenemos nuestros miedos, nuestros problemas, carencias, ansiedades, dificultades, etc. A veces estas nos condicionan la vida y otras veces no pero, cuando alguien se encuentra en el primer caso, no siempre busca ayuda y, la mayoría de las veces, por mi experiencia, se debe a no sentirse capaces de hablar y muchos menos, cambiar, aquéllo que les está generando dolor.

Porque el primer paso de una terapia es la palabra, así es. Para empezar a trabajar hay que empezar a hablar, a contar, y no, eso no siempre es fácil. No es fácil enfrentarse a esas palabras que nos recuerdan aquéllo que tanto dolor nos causó y que trae de inmediato Emociones asociadas que nos generan dolor.

Puede ser un Duelo, puede ser depresión, un abuso, un trastorno de ansiedad (¿Para qué nos sirve tener ansiedad?), de alimentación o Trastorno obsesivo compulsivo y así un largo etc, pero hay que tener mucho valor para sentarse un día delante de un desconocido y hablar, conocer, entender, procesar, integrar y curar aquello que compartimos con nuestro psicólogo.

Reconocer lo que nos quita la calma es fácil. Trabajarlo dentro de un Proceso Terapéutico y conseguir vivir con ello de forma adaptativa y equilibrada es muy distinto.

Por eso dedico esta entrada a todos mis pacientes que cada semana que sientan delante de mi a enfrentarse a sus miedos, a compartirlos conmigo, a avanzar en su proceso y a ser muy muy valientes.

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